Siempre he sido fan de las niñas rebeldes, que hacen muchas preguntas e incluso un tanto repelentes. Me llama la atención ese toque de curiosidad, rebeldía justificada y espíritu de cambio, que hacen que, en ocasiones, me sienta muy identificada. Dos buenos ejemplos son Matilda y Mafalda. De esta última vengo a hablaros hoy.
Hace unas semanas me dio por pensar en la cantidad de clásicos «infantiles» que aún no he leído. Sin embargo, como me pasó con El Quijote o El principito, al principio me dan miedo. Su historia e imagen han sido tan explotadas que me hacen desconfiar. Me pasa algo similar con los best seller: cuantas más personas me los recomiendan mayor es la certeza de que va a gustarme poco o nada. No obstante, esta vez me equivoqué (y me alegro de ello).
Fue mi profe de Filosofía la que me animó a sacar los libros de la biblioteca, cosa que no suelo hacer frecuentemente. Sí, ya sé, el consumismo, el e-book… pero necesito pegar pósits por todas partes y es bastante difíciles si los ejemplares no me pertenecen. En fin… vamos con la reseña.
Argumento:
Es bastante simple: un grupo de cuatro niños, amigos, cuentan sus aventuras. Qué les pasa cuando se van de vacaciones, su primer día de colegio, las conclusiones que sacan al ver la tele, etc. Su principal objetivo es entender el gran y extraño mundo de los adultos, que tanta incertidumbre y desconcierto les produce.
Peculiaridad:
No es un libro normal (qué precisa yo) sino un conjunto de tiras cómicas. En un principio estaban destinadas a la publicidad DE LAVADORAS y posteriormente tuvieron un lugar en el periódico. Aunque su creador, Quino, intentó dejarlas, la historia ya había cobrado demasiada fuerza. Finalmente, en 1966 aparece la primera recopilación.
Personajes:
Desde mi punto de vista, los personajes son uno de los elementos más importantes en este caso. Hay cuatro principales: Susanita, Felipe, Manolito y Mafalda. No obstante, aperecen algunos secundarios: los padres de los niños, los maestros de la escuela, algún vecino…
Susanita: Es bastante superficial y materialista. Se preocupa mucho por la belleza, la moda, los chicos y su principal aspiración es tener numerosos hijos (cosa que frustra a Mafalda). Además, no es demasiado trabajadora que digamos, siempre que puede se escaquea. Por último, es algo caprichosa y le encanta presumir de las cosas que ella o su familia tienen y los demás no.
Manolito: Se trata de un niño, en apariencia, físicamente fuerte. Fuerza que se ve reflejada en todo lo que dice. Además, como su padre tiene una tienda, su mayor preocupación es la economía. Cuando debaten sobre un tema Mafalda defiende la cultura, Susanita, la belleza o la procreación y él, el beneficio económico. LLega incluso a hacer publicidad del negocio familiar en forma de canciones o haciéndoles regalos a sus amigos.
Felipe: Es lo que hablando mal se llama un cagao. Su timidez puede con él y a la primera de cambio empieza a temblar. Además, es bastante ingenuo y optimista, lo que hace que, en ocasiones, se le maneje fácilmente.
Mafalda: Es, sin duda alguna, mi personaje favorito. Es muy inteligente y curiosa. Siempre está haciendo preguntas (dudas existenciales) a los adultos o a sus amigos, para entender el extraño mundo que la rodea; poniéndolos muchas veces en apuros al no saber contestar. Sin embargo, los pocos aspectos que comprende los juzga de forma racional y crítica, estando a menudo en desacuerdo. Vive frustrada y, en cierto modo, incomprendida porque: o se da cuenta de que el mundo es una mierda está muy mal y no puede cambiarlo o sus amigos no se vuelcan con sus charlas filosóficas. No obstante, muchos días tiene unas ganas inmensas de cambiar las cosas. Otra característica destacable es la madurez que tiene para su edad y cómo habla de ciertos temas: igualdad, política educación…, pero sin perder esa visión infantil.
Opinión personal:
Poco puedo decir en este apartado, porque creo que a lo largo del texto se infiere que he disfrutado mucho de estas lecturas. Y sí, digo estas porque he leído dos recopilaciones (la primera y la segunda). Aunque no presentan demasiadas diferencias, a medida que pasas las páginas vas conociendo más a los personajes, que representan cada uno un arquetipo de persona en nuestra sociedad. Cabe destacar, además, la verosimilitud y cercanía de las situaciones, incluso siendo escritas antes de 1966.
Desde mi punto de vista, estas tiras cómicas son muy parecidas a El principito, en el sentido de que cada vez que las lees extraes conclusiones diferentes y que erróneamente son recomendadas para los niños.
En definitiva, creo que necesitamos más personajes y personas como Mafalda. Espero que os haya gustado la reseña y que os animéis a leer aunque sea una de las viñetas que os dejo.
Un saludo, Sofía.